NOTICIA: Crece el rechazo a la venta de comida en envases de un solo uso.

Las diversas entidades ciudadanas y ecologistas han expresado su apoyo a la prohibición de los productos alimentarios servidos en envases de una sola dosis, como señala el borrador de la Llei de Prevenció i Gestió dels Residus que prepara el Govern de Catalunya. Es una de las medidas recogidas en este documento, con el fin de combatir los excesos actuales del sobreenvasado y prevenir la generación de residuos. El borrador propone también prohibir el “envasado innecesario o superfluo de productos alimentarios”, marca diversos objetivos para reducir envases de un solo uso y fija un impuesto para las botellas desechables, entre otras acciones.
 
Tanto Ecologistas en Acción como Greenpeace han acogido favorablemente las medidas contenidas en la ley, sobre todo las referidas a la reducción de plásticos. “Ojala la ley estatal (recién aprobada) se hubiera mostrado tan ambiciosa”, declara Julio Barea, portavoz de esta ultima organización. “Ahora hace falta que toda esta ambición no se tuerza y se mantenga en el texto final”.

Reducción y prevención

“Debemos superar la etapa en las que los esfuerzos en la gestión de los residuos se centraban en el reciclado; ahora la meta debe ser prevenir la generación de residuos para incidir en un cambio en el modo de producción”, explica Rosa García, directora de la Fundación Rezero. 
 
Rosa García puso como ejemplo de este cambio en el modo de producción la previsión de prohibir los alimentos en monodosis y la supresión de las anillas de plástico que sujetan los paquetes de botellas y latas (como también se ha previsto).
 
El anteproyecto de ley incorpora diversas medidas para combatir la proliferación de plásticos y residuos, como la erradicación definitiva de las bolsas de un solo uso (solo podrán ser autorizadas las compostables).
 

El ejemplo del textil

Y entre las actuaciones para disminuir la generación de desechos se asume como meta para 2025 una disminución del volumen de residuos textiles del 10% con relación al 2019 (y del 25% pera el 2030).
 
 Además, con la misma finalidad, los comercios con una superficie de más de 1.200 metros cuadrados deberán reservar un espacio (lineal o córner) para la venta de ropa de segunda mano.
 
La Fundación Rezero reclama en este sentido que se incluyan en la futura ley medidas de bonificación fiscal para las actividades económicas que operan en el ámbito de la venta de productos de segunda mano o la reparación (equipos eléctricos y electrónicos).
 
Entre las medidas que esta entidad juzga positivas para poner coto a los plásticos está también la prohibición del uso de envases de plástico para los alimentos distribuidos en comedores de centros escolares y servicios de maternidad

Tasa justa

“Nos parece también un avance importante la idea de fijar una tasa justa para la recogida y el tratamiento de los residuos, para penalizar la fracción resto e incentivar la recogida selectiva; pero debería implantarse de manera individualizada antes del 2030”,dice Carlos Arribas, de Ecologistas en Acción.
 
Un portavoz oficial de la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución indicó que esta entidad está analizando el documento antes de manifestarse.
 
El documento también incluye la obligación de eliminar los productos tóxicos en productos sanitarios, como compresas, tampones y pañales, agrega Rosa García.

Etiquetar los aditivos químicos

La futura ley catalana incluirá la obligación de etiquetar los productos y envases incorporando de forma clara y visible información sobre la presencia de los aditivos químicos. “Estoy contenta de la propuesta, porque llevo tiempo alertando de los riesgos de las sustancias químicas tóxicas presentes en los diferentes materiales”, señala Ethel Eljarrat, investigadora del CSIC.
 
Para esta especialista debe proporcionarse información, como mínimo, de las sustancias que ya están reguladas, como los contaminantes orgánicos persistentes (COPs) incluidos en el Convenio de Estocolmo, los plastificantes y los retardantes de llama (como PBDEs, HBCDDs, PFOA/PFOS o parafinas cloradas).
 
Esta información es importante tanto para el consumidor como para que las plantas de tratamiento.
 
“Debemos ser capaces de controlar la contaminación en todas las etapas del ciclo de vida de un producto, incluida la etapa de reciclaje. Los aditivos químicos presentes en diferentes residuos pueden ser liberados en los procesos de reciclaje y recuperación, y también pueden estar presentes en los productos producidos a partir de materiales reciclados. De esta manera, podemos provocar la reintroducción de sustancias dañinas a través de los materiales reciclados”, resalta Eljarrat
 
Esta especialista resalta que, además, cuando un producto llega a una planta de reciclaje, han pasado varios años desde su fabricación, por lo que, a menudo, algunos compuestos químicos permitidos en el momento de su fabricación, ya no lo están a la hora de reciclarlo. “Se genera así un problema para las plantas de reciclaje, ya que es muy difícil, por no decir imposible, poder discriminar entre los residuos que contienen o no un determinado compuesto químico. Por eso es tan importante avanzar en el etiquetado, a fin de facilitar su discriminación en las plantas de reciclaje”, señala.