LA BIOMASA COMO FUENTE ALTERNATIVA DE ENERGÍA.

La biomasa es un tipo de energía renovable procedente de residuos de la materia orgánica, ya sean de origen animal o vegetal.

Esta energía de biomasa, también conocida como bioenergía, ya se utiliza abundantemente en varios países desde hace años. De hecho, llega a constituir hasta el 10% del suministro de energía primaria que utilizan.

Ahora bien, lo primero que debemos saber es a qué nos referimos cuando hablamos de energías alternativas.

Y es que, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), las fuentes de energía alternativa, también conocidas como energía limpia, verde o renovable, son energías obtenidas mediante un proceso natural de reposición continua. Esto es, procedentes de las continuas energías que circulan normalmente en el medio ambiente.

Estas energías pueden ser generadas de distintas formas. Pues en nuestro entorno natural podemos encontrar todo tipo de fuentes de energía inagotables: el viento, el agua, el sol, el calor procedente de la tierra, etc., por lo que tan solo tendremos que transformar estos elementos en la energía en cuestión.

A continuación, veremos qué es y en qué consiste exactamente la Biomasa. 

 

Definición de Biomasa

Con la subida de los precios del petróleo y de la energía, la biomasa es uno de los elementos que juega un papel importante como fuente alternativa de energía.

Además, la población general parece estar cada vez más sensibilizada con los problemas medioambientales, por lo que cada vez se tienen más en cuenta aquellas energías renovables que causen un menor impacto en nuestro planeta.

Así pues, la biomasa es una fuente de energía alternativa que se origina a partir de la combustión de residuos orgánicos tanto de origen animal como vegetal, incluyendo cualquier tipo de producto biodegradable como pueden ser el serrín, la corteza de los árboles o cualquier otro que se considere parte del contenedor de la materia orgánica.

En definitiva, se trata de utilizar estos elementos orgánicos para obtener energía.

Dicho en otras palabras, la biomasa es un combustible que puede proceder de diversas fuentes, tales como madera o residuos forestales, agrícolas y naturales. Por eso, resulta ser un tipo de energía muy accesible, además de renovable y respetuosa con el medio ambiente.

Cabe destacar que, la combustión de la biomasa es el método más antiguo que conocemos para calentarnos. De modo que, las tecnologías que utilizan este tipo de energía han mejorado considerablemente para lograr la máxima eficiencia y rendimiento de su uso.

Gracias a ella podemos disponer de calefacción, agua caliente sanitaria (ACS), electricidad y distintos tipos de combustibles, por lo que consigue brindarnos comodidad y bienestar sin tener que provocar daños irreversibles para la Tierra.

 

Características de la Biomasa

A la hora de hablar de las principales características de la Biomasa, podemos señalar las siguientes:

  • Humedad

Afecta a la cantidad y calidad de la materia orgánica, así como también al proceso.

  • Tamaño y Forma

La podemos encontrar en diferentes tamaños y formas.

  • Densidad Real y Aparente

Varía mucho en función del aspecto que presente la biomasa.

 

¿Cómo Transformar la Biomasa en Energía?

Como sabemos, la biomasa se puede transformar en energía, ya sea en forma de electricidad o calor. Ésta, puede generarse tanto a nivel doméstico, mediante calderas específicas para ello, como a nivel industrial, gracias a procedimientos termoquímicos y bioquímicos. A continuación, veremos en qué consisten estos dos métodos.

Procesos Termoquímicos

Se trata de convertir la biomasa mediante el uso del calor. Para realizar este proceso, los mejores materiales que podemos usar son aquellos que poseen una menor humedad. Como, por ejemplo: paja, madera o cáscaras de frutos, entre otros.

Por otro lado, debemos conocer las diferentes técnicas que existen dentro de esta categoría para extraer la energía biomasa:

  • Combustión

La Biomasa se somete a altas temperaturas (entre 600 y 1.300ºC aprox.) con una gran cantidad de oxígeno. De esta forma, se expulsan los gases calientes que posteriormente generarán calor y electricidad.

  • Pirólisis

Se trata de una técnica causada igualmente por el calentamiento a altas temperaturas, pero sin usar oxígeno.

  • Gasificación

En este proceso, la combustión se genera a unas temperaturas de entre 700 y 1500ºC aprox., con aire (gasógeno) u oxígeno (gas de síntesis), produciendo así distintos elementos químicos en diferentes cantidades.

El gas de síntesis, por su parte, se convierte en combustibles químicos como pueden ser la gasolina o el metanol (también conocido como alcohol de madera o alcohol metílico, entre otros).

  • Co-Combustión

Como su propio nombre indica, se trata de la combustión de dos tipos de combustibles diferentes en un único sistema de combustión. Los combustibles a utilizar pueden ser de cualquier tipología, es decir, desde sólido o líquido hasta gaseoso. Respecto a la naturaleza de éstos, puede ser fósil, renovable o residual.

 

Procesos Bioquímicos

Estos procesos se llevan a cabo utilizando diferentes microorganismos encargados de descomponer las moléculas. En este método, los materiales que se utilizan poseen un mayor contenido de humedad, ya sean residuos orgánicos municipales o de actividades ganaderas y agrarias. A continuación, veamos cuáles son las principales técnicas que se usan:

  • Fermentación Alcohólica

En esta técnica, la ausencia de oxígeno durante el proceso es total. Los hidratos de carbono, que se encuentran de manera natural en las plantas, son fermentados. Como resultado se obtiene el etanol, también conocido como alcohol etílico. Este compuesto químico puede ser utilizado para la industria.

  • Fermentación Metánica

Este proceso, también conocido como digestión anaerobia, consiste en la descomposición sin oxígeno de la biomasa. Dicho método, genera diversos gases como el dióxido de carbono y el metano, dando lugar al combustible del biogás. 

 

Usos de la Biomasa

Por lo general, el uso de la biomasa depende tanto de la biomasa que tengamos como de la tecnología utilizada. De modo que, podemos diferenciar entre 3 de los tipos de recursos extraídos para generar energía. Eso sí, en cualquiera de los casos, su forma final de uso siempre será mediante la combustión.

Veamos cuáles son sus distintos usos: 

Producción de Energía Térmica

La energía térmica se produce mediante el uso directo de la biomasa (pellets, astillas, leña, etc.) en las calderas domésticas y/o industriales. Como resultado de su combustión obtenemos energía a modo de calor para utilizarla como calefacción directa a través de las estufas de pellets o leña, entre otras estufas de biomasa.

Así mismo, se utiliza para calentar agua que posteriormente es aprovechada para la calefacción, o como vapor de agua para diversos procesos industriales. Igualmente, se puede usar para secar productos agrícolas y hasta para generar electricidad.

Generación de Biogás

El biogás se puede producir a partir de ciertos tipos de biomasa utilizando diferentes procesos químicos. El metano, principalmente, se produce para las aplicaciones de energía térmica en los procesos industriales, agrícolas y ganaderos. De esta manera, se consigue generar electricidad y calor.

Generación de Biocombustibles Líquidos

Se trata de una alternativa a los combustibles tradicionales, especialmente a los utilizados para el transporte. Gracias a los distintos procesos que existen para el tratamiento de la biomasa, se pueden producir combustibles líquidos capaces de reemplazar aquellos combustibles derivados del petróleo. Así pues, podemos diferenciar dos tipos de biocombustibles:

  • Bioetanol

Este biocombustible es el que sustituye a la gasolina. Se produce a partir de los residuos vegetales de tradicionales cultivos como el maíz, la remolacha o diversos cereales.

  • Biodiésel

Se utiliza, principalmente, para sustituir al gasóleo (gasoil). No obstante, puede usarse tanto en el sector del transporte, como en el de la calefacción y procesos industriales.

En conclusión, la Biomasa es una de las fuentes alternativas de energía renovable que ofrece innumerables ventajas y beneficios, tanto a nivel medioambiental como económico, por lo que merece la pena apostar por ella.